jueves, 21 de marzo de 2013

Té de Ceilán


   Pedacito de uña rota que huele a té de Ceilán. Té que tomamos esa tarde-noche de viernes, en una mesa del primer piso que daba a la calle. Aunque no prestáramos atención a nuestro alrededor era reconfortante sentarnos en aquel lugar, que nos permitía tácitamente arrojar conceptos horneados que derretían autores, que nos hacían más complementarios. 
   Luego decidimos emprender una caminata bajo el cielo negro que aplastaba y parecía gritarnos que se acababa el encuentro. Y así fue, partiste. Único, profundo y transparente. Saludaste con los ojos chiquitos y la sonrisa amplia. Te observé desde abajo, y de costado, te salude queriendo volverte a ver, siempre.



domingo, 3 de marzo de 2013


Dos personas que no se conocen
se toman la misma foto en el mismo lugar
van al mismo bar
leen las mismas cosas
bostezan al mismo tiempo
dejaron de creer en el mismo momento
nunca buscaron encontrarse
llegaron hasta allí sin saberlo
se cruzaron
se miraron
se hablaron
se tocaron, sin querer
se sintieron
se probaron
se gustaron
se besaron
se acostaron
se deshicieron en el mismo instante en el que estaban hechos
hasta desarmarse entre las sábanas
hasta que la luz que se filtraba por la ventana los despertó.